MANIFIESTO 25 NOVIEMBRE 2019

lunes 09 diciembre 2019 Emakunde | Mujeres


 

 

El año pasado terminamos nuestro manifiesto diciendo que soñamos en el momento en que este encuentro anual deje de repetirse porque no haya ninguna mujer asesinada cuyo recuerdo tengamos que reivindicar.  Y, sin embargo, tenemos que volver a recordar a 53 mujeres asesinadas, sí, asesinadas, porque no se trata de crímenes pasionales ni de un tipo de violencia que algunos están empecinados en disfrazar con otros nombres;  se trata de asesinatos de mujeres por el mero hecho de serlo y porque algunos hombres nos siguen considerando de su propiedad.

 

Y aquí tendremos que preguntarnos también cuándo va a cambiar “oficialmente” el concepto de que la víctima sea únicamente la mujer asesinada por su pareja, cónyuge, expareja o alguien con quien tiene una relación afectiva.  En Pontevedra, en septiembre pasado, un hombre asesinó a su esposa, suegra y cuñada pero estas últimas no son consideradas como víctimas de violencia machista.  Teniendo en cuenta estas circunstancias, al día de hoy, hay 79 mujeres en total y 10 niños menores de edad.

 

Imaginemos un calendario en el que tachamos los días en que se ha producido un asesinato de mujeres.  ¡¡¡Serían 2 meses completos tachados!!!.  ¡¡¡¿Quién puede soportar esto?!!!.  Cuando se trata de crímenes considerados terrorismo, son muchas más las medidas que se toman por parte de nuestros políticos, el caso de los feminicidios, aún no está entre las prioridades de Estado.

 

Y no podemos permitir que desde las instituciones nos aconsejen medidas para que cuidemos los lugares por los que andamos, las ropas que vestimos, las horas en las que transitamos. Tenemos todo el derecho de andar, vestir, transitar por donde queramos, como cualquier hombre.  Las mujeres somos las agredidas, es a los hombres a los que tendrán que controlar y penalizar por sus conductas contra las mujeres.  No es a las mujeres agredidas a quienes hay que poner pulseras de localización ni guardaespaldas.  Es a los hombres a quienes tendrán que controlar para que no se salten la zona de alejamiento, para que pasen las pensiones que les corresponden, para que cesen en sus amenazas continuas o para que acepten que su mujer ha decidido seguir su vida sin él. En definitiva, se trata de reprimir a los agresores, no a las víctimas. Ninguna sentencia interpuesta por un juez o la decisión de separación o divorcio puede justificar un asesinato.

 

Por ello, seguimos apostando por que los políticos tomen medidas para que la educación sea igual para niños y niñas, educando en la igualdad y el respeto.

 

Y seguimos confiando que este acto de hoy sea último.  No deseamos la existencia de otro o, mejor aún, lo que deseamos es que no sea necesario ni posible realizarlo.

 

CUANDO AGREDEN A UNA MUJER, NOS ESTÁN AGREDIENDO A TODAS.  CUANDO ASESINAN A UNA MUJER, NOS ESTÁN ASESINANDO A TODAS.  NO MÁS ASESINATOS.  NI UNA MENOS.